En mi
opinión, es “tramposo” el mundo al que
se enfrentan las personas de la generación Z porque, a pesar de que tengan
muchos más recursos que las generaciones anteriores, todas las cosas que tienen
pueden ser mal utilizadas y por lo cual perjudicarles haciéndoles la vida mucho
más difícil.
Las
personas que pertenecen a esta generación han podido disfrutar de muchas cosas
que las de otras no, pero eso no justifica que su vida sea más fácil por ello.
Antiguamente,
al no haber internet ni tantas tecnologías y las formas de copiarse en exámenes
eran mucho más clásicas, ahora existen pinganillos, relojes digitales, etc.
Las
tecnologías han sido las protagonistas de este pensamiento que tienen muchas
personas y es que son las que sin duda han avanzado más rápido.
Los
expertos en tecnología defienden que estas fueron creadas para ayudar al ser
humano, para adaptar mejor las “necesidades” y “deseos” humanos pero la
realidad no es esa. Al principio, cuando surgieron las primeras tecnologías sí
se utilizaban para mejorar la calidad de vida y satisfacer necesidades, pero
con el paso de los años estas han avanzado tanto que se están convirtiendo en
un arma destructiva. Con las tecnologías surgieron las redes sociales y con
ellas un mundo inundado de mentiras y lleno de falsas apariencias.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) definió la adicción a los videojuegos
como un desorden de salud mental ya que han creado depresiones, ansiedad y
muchos otros más en jóvenes. Hoy en día, la mayoría de ellos no podrían vivir
sin internet o sin algún aparato que les permitiera presumir, aparentar o
comunicarse con millones de personas. Las personas que pertenecen a la
generación Z viven rodeados de estos aspectos y rodeados de vidas falsas,
cuerpos perfectos y personas perfectas que muestran eso y no es la verdadera
realidad, esto les provoca vivir en un mundo “tramposo” rodeado de mentiras.
Al
tener estas “ventajas”, está claro que pueden aportar más, por ejemplo, a la
hora de realizar un trabajo en el instituto gracias a internet pueden buscar
más información y lo más importante, lo pueden hacer en segundos por lo que se
les exige mucho más, pero eso no es motivo de infravalorar su trabajo y su
esfuerzo.
Escuchamos
frases de nuestros mayores como “yo cuando tenía tu edad no tenía...”, “yo
cuando tenía tu edad me tenia que buscar la vida para...” y muchas otras más.
Es difícil
asumir y aceptar que no son los más felices solo por el simple hecho de
disponer más recursos pero esto solo les ha provocado vivir en una realidad que
no es la verdadera y cuando de verdad se tengan que enfrentar a la vida real se
toparán con algo que nunca habían vivido o sospechado.
Debemos asumir que estos recursos les han hecho crear
pensamientos, exigencias hacia otros, a ellos mismos y en algunos casos incluso
les ha provocado la sensación de no “servir” como persona ,solo por el simple
hecho de no ser como el resto o no tener las mismas capacidades. Para algunas
personas este siglo es el mejor vivido hasta ahora, sin embargo, cada año que
pasa es más perjudicial que el anterior para ellos.
Este artículo de opinión, cuya autora es Nerea Berenguel Aguado -alumna de 1º de bachillerato-, se enmarca dentro de las actividades dirigidas por su profesora, Toñi Berenguel, miembro del departamento de Lengua Castellana y Literatura.
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