viernes, 14 de junio de 2013

MI REFLEXIÓN (por María José Antequera)

Os dejo aquí la reflexión que ha realizado una compañera vuestra sobre la visita que hicimos al hospital Torrecárdenas. Muchas gracias, María José, por compartirla con todos nosotros.

LA VIDA
Ver a esos niños y recordar que yo también estuve como ellos, pero con un pie quemado. Sé que es muy duro estar ahí día tras día, semana tras semana, es muy duro; te aburres, pierdes la fe, pero sabes que tu familia está ahí y tienes que estar bien, seguir adelante, no decepcionarlos; que ellos vean que eres fuerte y que nunca te vas a rendir. Por muchas cosas malas que sucedan, tu familia, tus amigos, te apoyan y te animan a que sigas adelante.
No poder salir de la habitación porque no te puedes arriesgar a que te pongas peor de lo que estás. Yo hablo de las tres niñas que no podían salir de su habitación porque estaban malas y si salían tenía que ser con mascarilla. Una de esas niñas se llama Bea, es muy tímida, no quería bailar con nosotras, pero la madre la ayudaba a bailar; a la niña le gustó mucho, en cambio  las otras no las conocí.
Cuando estábamos en la escuela bailando y veía la cara de los niños me recordaba a cuando yo también estaba en la escuela del hospital. Había un niño que se subió encima de la mesa y se puso a bailar. ¡Era más gracioso y más bonico! Cuando terminamos de actuar las chicas y de que los chicos bailaran “Susanita”, Paco y Jesús dijeron unas palabras maravillosas, les dio ánimo a los niños y nos hizo llorar a casi todos.
Conocimos a Nerea, una niña de doce años que lo estuvo pasando mal, y fuimos nosotros a alegrarle el día. Elisa cantó unas canciones preciosas.
Esto me ha enseñado a que por mucho que nos peleemos por tonterías hay gente que está “jodidamente” peor, que está encerrada en una habitación día a día, que todos los días se tienen que hacer pruebas para ver cómo están… Esas peleas que tenemos por “gilipolleces” no merecen la pena, no solucionamos nada, lo único que hacemos es pelear para quedar bien con todos… Pero la vida está llena de sorpresas y no sabes lo que te puede suceder -no digo que te vaya a suceder, ojalá no pasara nada-, pero esas peleas se pueden hacer cada vez más grandes hasta el día que suceda algo.
Sienta bien hacer estas cosas para que los niños se olviden de que están enfermos; una se siente muy bien, quisiera repetir esta experiencia. Gracias al jefe de estudios, Javier, que nos ha concedido la posibilidad de realizar esta experiencia tan maravillosa y a Marili, por decirnos lo bien que lo hemos hecho y lo orgullosa que está de nosotros. Formamos una familia y quiero que siga así.

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